Ciudadanos y como legislar a golpe de titular: ¿se acabó la Violencia de Género?

Quienes trabajamos profesionalmente en el ámbito jurídico venimos escuchando desde hace tiempo una crítica generalizada por parte de catedráticos/as, profesores/as, magistrados/as, jueces/as, fiscales y otros operadores jurídicos que se está convirtiendo en un lugar común en sentencias, foros y coloquios: el gusto del legislador por legislar a golpe de titular.

Como resulta un tópico aquello de que el marido u hombre pareja de hecho también es maltratado por su esposa o pareja, de que ésta utiliza los mecanismos legales de la violencia de género para obtener ventajas en asuntos civiles (guarda y custodia de menores, uso y disfrute de la vivienda familiar, pensiones alimenticias, etc.), o la interposición de denuncias falsas de ellas contra él, desconociéndose que estos casos son realmente mínimos y de muy escasísima trascendencia por su número (lo dice el Observatorio contra la Violencia doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial). Pero estos tópicos, por suerte, son propios de discusiones en una barra de bar... ¡¡¡ HASTA AHORA !!!.

Resulta muy pero que muy preocupante que un partido político en alza, como lo es Ciudadanos, con al parecer serias posibilidades de gobernar y de legislar, se deje llevar por este argumentario de bar y proponga, nada menos, que equiparar a hombres y mujeres en la Ley de Violencia de Género (público, huffingtonpost). Vienen a decir que "en cuanto a la ley actual contra la violencia de género e intrafamiliar, en Ciudadanos pensamos que debe ser modificada para acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo y la ineficacia de la propia ley”.

Tal declaración, a mi parecer, responde a un desconocimiento del objetivo y naturaleza de la propia Ley Integral Contra la Violencia de Género, como mecanismo jurídico tendente a proteger a la mujer contra actos de dominación del hombre hacia ella, actos de dominación que a su vez se dan en nuestro país fruto de una sociedad, como la nuestra, histórica y culturalmente machista.

La Ley Integral contra la Violencia de Género ha supuesto, entre otras medidas de carácter civil y laboral —establecimiento de medidas civiles, derechos laborales—, un agravamiento de la pena a imponer cuando las lesiones, amenazas, maltrato, el hecho delictivo en sí, tiene lugar del hombre hacia la mujer. Pero esta desigualdad, no lo olvidemos, ha sido declarada constitucional por el Tribunal Constitucional, al entender que el objetivo perseguido por la Ley Integral, acabar con la violencia machista, aunque trata desigualmente a ambos géneros —no es violencia de género cuando el acto delictivo se produce en la otra dirección, de la mujer hacia el hombre— lo hace justificadamente desde un punto de vista constitucional, porque la situación de dominio que se intenta combatir con la Ley lo ha sido siempre histórica y culturalmente del hombre hacia la mujer y no a la inversa, "y no hay mayor desigualdad que tratar a los desiguales como iguales", lo que ocurriría si enfocásemos el problema de la violencia de género en ambas direcciones o, en palabra de Ciudadanos, "acabásemos con la asimetría penal por cuestión de sexo".

Si como igualmente manifiestan en Ciudadanos la ley resulta ineficaz —lo que otra vez habría que poner en duda; otra cosa es que sea mejorable—, lo sería no per se, por el objetivo perseguido —luchar contra la violencia machista— o las medidas en ella previstas, sino por los escasos recursos puestos encima de la mesa y por los continuos recortes habidos en los últimos cuatro años para ponerla en práctica. Es en esta dirección hacia donde debería apuntar Ciudadanos. Pero, claro, esto requiere no legislar a golpe de titular y enfocar la solución hacia la raíz del problema. Pero esto, ¿verdad?, es lo realmente difícil.

En definitiva, manifestaciones como estas son las que, una vez más como Sociedad, deberían ponernos en alerta.